DIARIO DE SANTA FAUSTINA 22
HUMILDAD-VOLUNTAD DE DIOS
Humildad:
Oh
Jesús mío, no hay nada mejor para un alma que las humillaciones. En el
desprecio está el secreto de la felicidad; cuando el alma llega a
conocer que es una nulidad, la miseria personificada y que todo lo que
tiene de bueno en sí misma, es exclusivamente don de Dios. Cuando el
alma ve que todo lo que tiene en sí le ha sido dado gratuitamente y que
de sí tiene solamente la miseria, esto la mantiene continuamente humilde
delante de la Majestad de Dios y Dios, viendo tal disposición del alma,
la persigue con sus gracias. Cuando el alma se hunde en el abismo de
su miseria, Dios hace uso de su omnipotencia para enaltecerla. Si hay
en la tierra un alma verdaderamente feliz, ésta es solamente un alma
verdaderamente humilde. Al principio, el amor propio sufre mucho a
causa de esto, pero si el alma enfrenta valerosamente repetidos
combates, Dios le concede mucha luz en la que ella ve lo miserable y
engañoso que es todo. En su corazón está solamente Dios. Un alma
humilde no confía a sí misma, sino que pone su confianza en Dios. Dios
defiende al alma humilde y Él Mismo se introduce en las cosas de ella y
entonces el alma permanece en una máxima felicidad que nadie puede
comprender.
Oh
Jesús mío, a pesar de Tus gracias, siento y veo toda mi miseria.
Comienzo el día luchando y lo termino luchando; en cuanto aparto una
dificultad, en su lugar surgen diez por superar, pero no me aflijo por
ello, porque sé muy bien que éste es el tiempo de la lucha y no de la
paz. Cuando la lucha se hace tan dura que supera mis fuerzas, me arrojo
como una niña en los brazos del Padre Celestial y tengo confianza que
no pereceré. Oh Jesús mío, soy tan propensa al mal…, y esto me obliga a
vigilarme continuamente; pero nada me desalienta, confío en la gracia
de Dios, que abunda donde la miseria es la más grande.
La segunda venida:
El
día 25 de marzo. Durante la meditación matutina me envolvió la
presencia de Dios de un modo singular, mientras reflexionaba sobre la
grandeza infinita de Dios y, al mismo tiempo, sobre su condescendencia
hacia la criatura. Entonces vi a la Santísima Virgen que me dijo: Oh,
cuán agradable es para Dios el alma que sigue fielmente la inspiración
de su gracia. Yo di al mundo el Salvador y tú debes hablar al mundo de
su gran misericordia y preparar al mundo para su segunda venida. Él
vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo.
Oh, qué terrible es ese día. Establecido está ya es el día de la
justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante ese día.
Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea aún el tiempo
para conceder la misericordia. Si ahora tú callas, en aquel día
tremendo responderás por un gran número de almas. No tengas miedo de
nada, permanece fiel hasta el fin, que yo te acompaño con mis
sentimientos.
Importancia de cumplir la voluntad de Dios:
La
esencia de las virtudes es la voluntad de Dios; quien cumple fielmente
la voluntad de Dios, se ejercita en todas las virtudes. En todos los
casos y todas las circunstancias de la vida, adoro y bendigo la santa
voluntad de Dios. La santa voluntad de Dios es el objeto de mi amor.
En los más secretos rincones de mi alma vivo de su voluntad y por fuera
obro en la medida en que conozco interiormente cuál es esta voluntad.
Los tormentos, los sufrimientos, las persecuciones y todo tipo de
contrariedades que vienen de la voluntad de Dios, me son más agradables
que los éxitos, los elogios y las alabanzas que vienen de mi voluntad.
Jueves Santo:
En
aquella hora de plegaria, Jesús me permitió entrar en el Cenáculo y
estuve presente durante lo que sucedió allí. Sin embargo, lo que me
conmovió más profundamente fue el momento antes de la consagración, en
que Jesús levantó los ojos al cielo y entró en un misterioso coloquio
con su Padre. Aquel momento lo conoceremos debidamente sólo en la
eternidad. Sus ojos eran como dos llamas, el rostro resplandeciente,
blanco como la nieve, todo su aspecto majestuoso, su alma llena de
nostalgia. En el momento de la consagración descansó el amor saciado,
el sacrificio completamente cumplido. Ahora se cumplirá solamente la
ceremonia exterior de la muerte, la destrucción exterior, la esencia
está en el Cenáculo. En toda mi vida no tuve un conocimiento tan
profundo de este misterio como en aquella hora de adoración. Oh, con
qué ardor deseo que el mundo entero conozca este misterio insondable.
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